Comunicado de Prensa
 
          Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro Juárez
        
 Mujeres de Atenco: 16 años de lucha contra la tortura sexual
  • En el actual contexto en el que se continúa registrando violencia contra las mujeres en detención, es urgente que se implementen a cabalidad las medidas de reparación estructurales ordenadas por la Corte IDH. 
  • El 39.8% de las mujeres privadas de libertad menciona haber sufrido alguna agresión física  durante la detención, de las cuales, el 25% fueron de caracter sexual.
Ciudad de México a 3 de mayo de 2022. A 16 años de los actos que desembocaron en la tortura sexual de varias mujeres en San Salvador Atenco, son las sobrevivientes las que continúan exigiendo que se revierta la impunidad y que se erradique esta práctica, para que no haya más mujeres en el país que vivan violaciones a sus derechos humanos por parte de  elementos de seguridad.

La búsqueda de justicia y medidas de no repetición de las mujeres sobrevivientes sigue siendo vigente, frente a un contexto en donde la tortura sexual es una práctica que persiste.  Así lo reflejan datos de la última Encuesta Nacional de Personas Privadas de Libertad (ENPOL) 2021, misma que revela que el 64.4% de las mujeres privadas de libertad menciona haber sufrido algún acto de violencia después de la detención y antes de llegar ante el Ministerio Público y 39.8% sufrió alguna agresión física después de la detención, de las cuales, 15.5% refieren agresión de carácter sexual, 4.8% haber sido víctima de violación y 4.6% lesiones en órganos sexuales, en suma, el 25% de las agresiones físicas fueron de caracter sexual.

Por ello, es indispensable cumplir la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Mujeres Víctimas de Tortura Sexual en Atenco vs México, resolución en la que entre otras medidas ordenó: la investigación y sanción a todos los elementos estatales y federales, incluída la cadena de mando, crear un Observatorio independiente sobre uso de la fuerza las instituciones policiales a nivel federal (hoy Guardia Nacional) y del estado de México, así como fortalecer el Mecanismo de Seguimiento a casos de Tortura Sexual. A tres años del dictado de fallo, las más sustantivas de estas medidas permanecen incumplidas. 

Además, casos recientes como el de July Raquel Flores, quien fue detenida de manera arbitraria y torturada por Policías ministeriales de la Fiscalía General del Estado de Veracruz en 2020, evidencian cómo las mujeres siguen siendo sobrevivientes de esta práctica. En este escenario, fortalecer el Mecanismo de Seguimiento a Casos de Tortura Sexual permitiría coordinar a las instituciones involucradas para prevenir, atender, y establecer políticas públicas encaminadas a erradicar estas graves violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, pese a lo ordenado en la Sentencia, el Mecanismo no ha sesionado desde el 2019.

Por otro lado, dado que las instituciones de seguridad hacen un uso arbitrario y excesivo de la fuerza, incluso de la fuerza letal, también sigue vigente la necesidad de establecer un Observatorio Independiente sobre el Uso de la Fuerza, como lo ordenó en su sentencia la Corte IDH.

Las mujeres sobrevivientes continúan luchando para que haya una investigación seria y diligente sobre la tortura sexual, que considere todas las responsabilidades por las violaciones a derechos humanos cometidas en el operativo del 3 y 4 de mayo. No obstante,  la Fiscalía del Estado de México continúa prodigando la impunidad, sin que la Fiscalía General de la República impulse decididamente el acceso a la justicia en este caso emblemático de la violencia contras las mujeres en el país. 

Pese al rezago en el incumplimiento de las medidas estructurales de la sentencia y la perpetuación de la impunidad, las sobrevivientes siguen levantando la voz en solidaridad de otras mujeres, en la campaña Rompiendo el Silencio: todas juntas contra la tortura sexual, y su lucha sigue siendo retomada en todo el continente, donde la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a partir de su testimonio, es un referente ineludible en la lucha contra la tortura sexual. Como hace 16 años, ante la injusticia, la discriminación y la violencia, ellas levantan la voz para Romper el Silencio.