En los últimos meses, viajando por México y Europa, dando mi servicio, en talleres, sanaciones grupales con muchas personas y sesiones individuales he observado algo que de un lado me asustó profundamente, y del otro lado me llenó de belleza y amor porque al mismo tiempo me está confirmando mi certeza que como humanidad estamos en el buen camino hacia un mundo nuevo y luminoso:

He abrazado tantas personas felices, con lágrimas en los ojos porque extrañaban tanto la posibilidad de reunirse sin cubrebocas, de celebrar juntos, danzar, meditar y orar... He tomado café con organizadores, empresarios y personas que después de la pandemia se convirtieron en una versión más amable de si mismos: abrieron su corazón, agarraron un ritmo de vida más pacífico y calmado, y de repente parece que tienen tiempo para todo, y más importante - para un encuentro humano. De verdad, a veces no puedo ni creer que amables son ahora - mientras antes los noté cerrados, incluso arrogantes, irritados todo el tiempo… ¡y no te miraron a los ojos! Leer más...

 

Retiro y formación sanadora intensiva

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